Para nadie es un secreto el alto porcentaje de consumidores de alucinógenos en todo el mundo, pero si es preocupación para muchas personas que de una u otra forma se atreven a conocer de cerca este mal que afecta seriamente a la Humanidad y se dedican a desarrollar arduas correrías en aras de hacer conciencia del gran peligro actualmente para los joven de cualquier país o ciudad. Esta reflexión aplicada a los jóvenes que nos conduce inevitablemente a la necesidad de adelantar actividades y acciones en busca de caminos conducentes al no consumo de alucinógenos generando actitud de rechazo hacia ese flagelo.
Es así, como estamos proponiendo para desarrollar en los distintos Centros Educativos de ciudades y Departamentos, la realización de un seminario-taller, para socializar la problemática de la droga en los adolescentes, ya que el uso de estas no es nada nuevo. La influencia de muchos aspectos en interacción con otros, como los valores predominantes de un pueblo o país, el grado de bienestar alcanzado, la presencia y accesibilidad a las drogas, la aceptación social de las mismas, la influencia de los grupos sociales, hace inevitable acudir a una visión comprensiva cuando se requiere entender un fenómeno como este, al que no se puede acceder, sino, se atiende a los distintos factores que los conforman.
Por lo tanto, hemos abogado por un enfoque de la prevención, entendiendo la educación como un proceso intencional que pretende incidir en los sujetos.
Es urgente y delicado el tratamiento dado la fragilidad e indefensión de los adolescentes ante esta grave amenaza. Lo cierto es que, cuando ha aumentado la demanda de la droga, se han incrementado los riesgos que conlleva el consumo, acrecentando los problemas de la sociedad, como es el deterioro físico del ser humano, los problemas intra- familiares, la interrelación con los compañeros de trabajo, de estudio, sus vecinos y además, muchos jóvenes se han dedicado a la delincuencia para obtener recursos económicos para adquirirla. Se ha expandido enfermedades infectocontagiosas aparejadas aciertos patrones de consumo, como el SIDA, que tiene como su vía de transmisión, las practicas asociadas a su utilización.
Por lo tanto, hemos abogado por un enfoque de la prevención, entendiendo la educación como un proceso intencional que pretende incidir en los sujetos. Cuanto más capacitada este la persona, más posibilidad de manejarse satisfactoriamente en las distintas situaciones que afectan vivir en una sociedad cada vez más compleja.
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